En el mes de enero viajé a India: Delhi, Agra, Jaipur, Khajuraho,
Varanasi y finalmente Rishikesh.
India es un hermoso país de contrastes, de desigualdades... y de buena gente.
Por supuesto, tuve el placer de contactar con el mundo pictórico: en
las pinturas de algunos templos, en la pintura corporal religiosa, en la
pintura ornamental de animales, en los pigmentos que encontré a mi paso...
En Rishikesh, pequeña ciudad a orillas del Ganges rodeada de montañas,
tuve la suerte de conocer a Ajaj, un encantador muchacho que posee una humilde
galería. En aquella galería, disfruté con la contemplación de bonitas pinturas
realizadas en una cooperativa de mujeres de una aldea.
Los pigmentos que utilizan son exclusivamente naturales: tierras,
extractos de cortezas de árboles y hojas, etc.
Cuando acabó la jornada laboral de Ajaj, me reuní con él en su casa.
Allí, me enseñó amablemente, a obtener pigmento verde (mediante cocción y
trituración) de unas hojas que en exclusividad fue a buscar para mí. También me
hizo una demostración de cómo obtener pigmento rojo de la corteza del árbol
Sindur, pigmento amarillo del árbol Haldi y pigmento negro del ahumado de un
recipiente con una lámpara de aceite.
Antes de marchar de su casa, le compré unas pequeñas bolsas de sus
preciados pigmentos que tuve que guardar en mi mochila según me advirtió, para
evitar que algún mono atraído por el colorido me asaltara...
En Rishikesh, también merqué a una mujer y una niña que tenían pequeños
puestos, algunas bolsitas de pigmento naranja y granate que se utilizan para
decorar la frente... y en Varanasi, dos cajas con numerosos frasquitos de
variados pigmentos con los correspondientes sellos metálicos para, igualmente,
decorar la frente.
Con orgullo, transporté el valioso tesoro de aquellos pigmentos, a
través de los millares de Kilómetros de vuelta a casa. Ahora, me deleito
trabajando con ellos en mi taller. Y, por ejemplo, al oler el exquisito aroma a
noble madera que deja el pigmento rojo de Sindur en mis pinturas, siento
profundo agradecimiento... y cierta nostalgia.
photo by antòniu
No hay comentarios:
Publicar un comentario