En
septiembre tuve el placer de viajar a Canarias con Alán y Alba, concretamente a
La Gomera y Tenerife.
La Gomera, que aún no conocíamos, nos sorprendió con su belleza y su fuerza: su escarpada orografía, sus espectaculares palmerales entre barrancos y escondidos valles, su exuberante vegetación casi selvática en Garajonay , su deslumbrante Costa en Pescante de Hermigua, su tranquilidad... En Valle Gran Rey, descubrimos la paradisiaca playa del Inglés, donde el tiempo parecía paralizarse y el planeta se sentía si cabe más planeta. Tenía una fina arena volcánica de color negro brillante que a mí me cautivó ... ¿cómo renunciar a recolectar una pequeña cantidad para mis cuadros? El reencuentro con la isla de Tenerife fue también mágico; con experiencias únicas como los baños en las pozas naturales de Punta Hidalgo, un atardecer en el refugio del Teide y un amanecer en la cumbre (con su impresionante sombra triangular proyectada sobre el océano y el juego de tonalidades entre campos de lava y pequeños cráteres). Gracias, planeta Tierra.
La Gomera, que aún no conocíamos, nos sorprendió con su belleza y su fuerza: su escarpada orografía, sus espectaculares palmerales entre barrancos y escondidos valles, su exuberante vegetación casi selvática en Garajonay , su deslumbrante Costa en Pescante de Hermigua, su tranquilidad... En Valle Gran Rey, descubrimos la paradisiaca playa del Inglés, donde el tiempo parecía paralizarse y el planeta se sentía si cabe más planeta. Tenía una fina arena volcánica de color negro brillante que a mí me cautivó ... ¿cómo renunciar a recolectar una pequeña cantidad para mis cuadros? El reencuentro con la isla de Tenerife fue también mágico; con experiencias únicas como los baños en las pozas naturales de Punta Hidalgo, un atardecer en el refugio del Teide y un amanecer en la cumbre (con su impresionante sombra triangular proyectada sobre el océano y el juego de tonalidades entre campos de lava y pequeños cráteres). Gracias, planeta Tierra.
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