En el último fin de semana de septiembre, en
el maravilloso espacio de "la Casa del Sol", tuve la suerte de
impartir un curso de introducción a la Pintura Telúrica. El día nació luminoso
y enseguida nos encaminamos a través del bosque hacia un lugar cercano para
recolectar unas tierras que posteriormente nos servirían para los trabajos. Allí tuvimos un primer contacto con los
elementos que nos ofrece la Madre Tierra... ver, palpar detenidamente, percibir incluso
los aromas, recolectar con sumo respeto y agradecer.
De vuelta, ya delante de las
tablas, continuamos sintiendo los elementos, contactando con diverso material
que traje para la ocasión: tierra volcánica del Etna, arena del desierto del
Sahara, arena de playa de Galicia, arcillas de Marruecos, tierra caliza de
Andalucía, pigmento azul natural en piedra de las montañas de Marruecos, tierra
arenisca del Algarbe etc.
A continuación, después de
compartir algunas nociones prácticas, empezó el trabajo personal. En un momento
determinado, aprovechamos unos tizones de la hoguera de la noche para improvisar
pigmento negro a la usanza más primitiva: moliendo con unas piedras.
Gracias amigas por acoger mis "enseñanzas" y disfrutar con el aprendizaje.
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