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lunes, 14 de diciembre de 2015

OTOÑO... RECOLECCIÓN DE PHYTOLACCA

El otoño regala multitud de colores, un espectacular arco  iris de tonalidades ( verdes, amarillos, naranjas, rojos, granates, violetas, dorados) ... en las hojas del bosque, en los frutos, en las bayas, en los helechos. Se podría decir que la naturaleza, en su propia esencia, en su presencia, es una auténtica obra de arte.
Este año quise recoger el fruto de una planta que me cautiva cada otoñada: la Phytolacca americana ( hierba carmín, fitolaca, uvas de américa, uvas de indias, grana enacernada, tintilla,  granilla, erva tintureira,  raïm de moro, uva di sarpi, faux vin etc.). Es una planta traída de América por motivos ornamentales que pronto se extendió por los campos de Europa. Posee propiedades terapéuticas y tradicionalmente se ha usado para teñir tejidos.
Recolecté varios kilos, en las cunetas del antiguo camino real entre Guijo de Santa Bárbara y Jarandilla de la Vera... cerca de las ruinas del convento de San Francisco. Era una tarde bastante nubosa, típica de finales de otoño, que al final me permitió sentir el tacto de la lluvia mientras recolectaba. 
Mis manos acogieron una llamativa impregnación magenta. Curiosamente, al atardecer, el cielo adquirió  precisamente una ligera tonalidad magenta.
Al día siguiente, pisé con mis pies el fruto recolectado, a la antigua usanza del vino... y posteriormente deposité el preciado fluido en tarros de cristal. Ahora toca experimentar en mis tablas.
Gracias otoño, gracias Madre Tierra  












jueves, 19 de noviembre de 2015

SEPTIEMBRE, INICIACIÓN A LA PINTURA TELÚRICA

 En el último fin de semana de septiembre, en el maravilloso espacio de "la Casa del Sol", tuve la suerte de impartir un curso de introducción a la Pintura Telúrica. El día nació luminoso y enseguida nos encaminamos a través del bosque hacia un lugar cercano para recolectar unas tierras que posteriormente nos servirían  para los trabajos. Allí tuvimos un primer contacto con los elementos que nos ofrece la Madre Tierra... ver, palpar detenidamente, percibir incluso los aromas, recolectar con sumo respeto y agradecer.
De vuelta, ya delante de las tablas, continuamos sintiendo los elementos, contactando con diverso material que traje para la ocasión: tierra volcánica del Etna, arena del desierto del Sahara, arena de playa de Galicia, arcillas de Marruecos, tierra caliza de Andalucía, pigmento azul natural en piedra de las montañas de Marruecos, tierra arenisca del Algarbe etc.
A continuación, después de compartir algunas nociones prácticas, empezó el trabajo personal. En un momento determinado, aprovechamos unos tizones de la hoguera de la noche para improvisar pigmento negro a la usanza más primitiva: moliendo con unas piedras.
Gracias amigas por acoger mis "enseñanzas" y disfrutar con el aprendizaje.  
































domingo, 8 de noviembre de 2015

CANARIAS... RECOLECCIÓN DE ARENA VOLCÁNICA

 En septiembre tuve el placer de viajar a Canarias con Alán y Alba, concretamente a La Gomera y Tenerife.                                         
La Gomera, que aún no conocíamos, nos sorprendió con su belleza y su fuerza: su escarpada orografía, sus espectaculares palmerales entre barrancos y escondidos valles, su exuberante vegetación casi selvática en Garajonay , su deslumbrante Costa en Pescante de Hermigua, su tranquilidad... En Valle Gran Rey, descubrimos la paradisiaca playa del Inglés, donde el tiempo parecía paralizarse y el planeta se sentía si cabe más planeta.  Tenía una fina arena volcánica de color negro brillante que a mí me cautivó ... ¿cómo renunciar a recolectar una pequeña cantidad para mis cuadros?                                                                  El reencuentro con la isla de Tenerife fue también mágico; con experiencias únicas como los baños en las pozas naturales de Punta Hidalgo,  un atardecer en el refugio del Teide y un amanecer en la cumbre (con su impresionante sombra triangular proyectada sobre el océano y el juego de tonalidades entre campos de lava y  pequeños cráteres).                                        Gracias, planeta Tierra.