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miércoles, 9 de marzo de 2011

EL FRUTO DE LA PINTURA TELÚRICA

INFLUENCIAS 

La Pintura Telúrica abarca mucho más que el simple acto de pintar sobre un soporte. En Pintura Telúrica, cada cuadro pintado es algo más que cuadro. Se puede afirmar que cada pieza elaborada tiene “alma”, que viene marcada por factores determinantes. A saber:
-Todo lo experimentado sensorial y emocionalmente durante la recolección del material, que indudablemente queda reflejado. El contacto con la naturaleza, con la Madre Tierra. ¡Captar, sentir el momento, sentir el entorno, sentirse!
-El tipo específico de tierra o material utilizado. Sus características de textura, colorido, aromas, etc. Las propiedades e influencias particulares que consiguen ejercer.
-El valor que se quiera aportar con el juego cromático y cuanto conlleva, enlazándose en cierto modo con parámetros de la cromoterapia.
-El posible influjo de la energía telúrica (y universal) de cada punto de recolección como tal, sobre el material pictórico recolectado… si cabe, incluso a nivel molecular. Esto puede ser muy significativo si dicho punto se trata de un centro telúrico (frecuentemente coincidente con espacios naturales emblemáticos, lugares sagrados, enclaves de destacados monumentos o edificaciones, etc).
-Por ende los “efluvios” de los pobladores y sus culturas.
-Apoyándose en todo lo anterior: el simbolismo y el carácter mágico que acogen con facilidad las escenas... pudiéndose recurrir incluso a la esencia de la pintura rupestre.
A la hora de crear:
Al trasladar al cuadro el material pictórico recolectado, todo lo recibido, de alguna manera incide en el mismo. A la vez, el desarrollo de la obra en sí conlleva un trabajo interior que incide en la armonización del individuo: desarrollo de la creatividad y la fantasía, proyección constructiva en las escenas, desconexión mental de la cotidianidad y estado meditativo, valor mágico de las escenas.
También es muy importante tener en cuenta el “valor” específico de cada elemento recolectado y aplicado, que viene entre otras cosas marcado por el color y las cualidades… y en consecuencia todo lo buscado en el acto creativo.
A la hora de relacionarse con lo creado:
Una vez que el trabajo pictórico telúrico pasa a incorporarse al hábitat habitual de una persona, todos los elementos acoplados a la obra revierten en ella y su espacio.
El cuadro (o cualquier otra manifestación artística telúrica) mora en un espacio, en cierto sentido late… permanentemente. Incluso podría hablarse en términos de Feng Shui.

2 comentarios:

  1. Se puede saber mucho de una persona a través de su arte, cada cuadro lleva un trozo de su alma¿verdad?
    Es como si quedase allí para siempre y nos lo transmitiera mirándonos a los ojos.
    Qué entrada más curiosa e interesante.
    Besos y feliz fin de semana.

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  2. Me encanta, había oído hablar de este tipo de pintura pero no sabía bien de qué trataba. Me fascinó. Muy buen blog. Me quedo.

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